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lunes, 17 de junio de 2013

A cierta hora de la tarde




A una cierta hora de la tarde


Yo no trabajé esta idea para que ahora venga a ser destruida
por el primer viento. Yo no pulí  por años esta idea,
en secreto, como quien pule una piedra en la oscuridad,
para que ahora sea refutada por un mentecato.
Toda mi fuerza proviene de esa idea que he trabajado por años.
Si se desintegra la idea me voy a desintegrar yo.
Tengo que proteger la idea como si fuera mi vida,
como si yo fuera el talismán de la idea, y la idea mi talismán.
Voy a evitar el rodeo por el bosque, voy a evitar las plazas
y los lugares abiertos: me voy a internar en la ciudad,
en sus callejones más oscuros, para esconder mi idea,
voy a camuflarme entre los vendedores de baratijas,
en el humo de esos puestos de ravioles,
para seguir dando vuelta tranquilo a mi idea,
mi preciosa idea, lejos de la envolvente propaganda

y fuera de todo radar, yo solo con mi idea, en  la multitud.

Li Jianghui (Shanghai, 1976-)

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